Corría el año 1915, cuando sin estimarlo, y poseído por los celos, Rüdiger Manfred Peitz haría que la maldición caiga sin piedad cada treinta años. Los caminos de la Selva Negra en el Suroeste de Alemania fueron, en un principio, el escenario de la maldita caja mecánica. Treinta y cuatro años después, Otis, hijo de una de las víctimas decide viajar a la Argentina llevando consigo la condena que terminará con la vida de una joven. Eliseo Boock, padre de esta se sumergirá en una historia de maldiciones y desdichas. Gracias a un gran descubrimiento, el Sr. Boock, intentará cambiar el curso de la historia, y así con ello evitar las muertes. Esta serie de acontecimientos harán que todo se le vaya de las manos hasta el límite de no existir. Una historia de terror, maldiciones, ciencia y supervivencia en la cual nada de lo que ocurre será por mucho tiempo. La degradación de la materia y los portales energéticos turbaran a Eliseo quien deberá encontrar todas las piezas perdidas en este rompecabezas siniestro, siempre con el riesgo de esfumarse de la historia.
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